martes, 9 de noviembre de 2010

La noche de Rolando



http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1311326

Me asombra este artículo publicado hace más de un mes en el diario La Nación. Me imaginaba que Rolando Hanglin, tan liberal para ciertas cosas, también lo sería para conocer y comprender a la juventud (de 12 a 19 años como él aclara) Yo dejé esas edades hace unos pocos años y no veo que mi pasado haya sido representado en esas líneas. La idea de estigmatizar al adolescente aparece nuevamente en los medios de comunicación. Lo hacen con los bolivianos creyéndolos abusadores de nuestro sistema de salud público; con los peruanos creando una esfera de narcotráfico a su alrededor; con los motoqueros que no los pueden ubicar en otro rango que no sea el de “punga” (Debemos recordar una declaración de Mauricio Macri cuando en vez de decir “motoquero” dijo…si, lo que ustedes piensan. Dijo “motochorro”.
Volvamos al artículo del famoso nudista, que por cierto, también hay que admitirlo, creo que es un respetable locutor de radio. Seguramente unos tantos otros compañeros tampoco se vean representados en este artículo. La manera de creer al adolescente Argentino (Digo Argentino porque, según Rolando, en otros países los adolescentes sólo estudian y duermen) como quien solo salen a la noche a emborracharse y drogarse es una equivocación total. No voy a ser necio y decir que ninguno de los adolescentes de hoy en día no lo hagan, pero también tienen sus familias, sus amigos, su deporte, su hobbie y su estudio. Cuando iba al secundario salía a la noche, tomaba, disfrutaba con amigos y llegaba a mi casa a la madrugada. Pero también estudiaba, practicaba mi deporte, tenía mi familia, estudiaba guitarra y todas esas cosas que uno puede hacer cuando está en esa etapa. La ilusoria imagen de que todos los adolescentes se la pasan durmiendo por causa del alcohol, no es más que de una persona que no debe tener el mínimo contacto con la juventud. Ni un extremo, ni el otro. Ni son todos santos que se la pasan estudiando, ni tampoco son borrachos y drogadictos que no se preocupan por nada. Tengo la certeza de que gran parte de los jóvenes conviven en el equilibrio de la responsabilidad y la diversión. Yo mismo los veo cuando salgo los fin de semana.
La plaza de mayo de no hace más de diez días ratifica lo que dije en el párrafo anterior. Miles y miles de jóvenes (muchos de ellos con sus 18 años) se acercaron a la casa rosada para despedir a un ex presidente. Algunos podrán o no estar de acuerdo con las ideas de los jóvenes, pero ellos fueron en defensa de un proyecto político, social y económico. Perfectible como cualquier otro proyecto, pero hacía muchos años que los jóvenes no se los veía tan despiertos Rolando.
Por momentos pareciera que uno está leyendo un texto escrito por un hombre del siglo XIX. Su pensamiento tan conservador, bruto y excesivo en generalización se desacredita a sí mismo a cada instante. No puedo dejar de pensar que si una persona está de acuerdo en los argumentos de este artículo, es alguien que no tiene dialogo con los jóvenes. Hay varios pasajes del texto que evidencian cierta contradicción. En un fragmento del artículo podemos leer: “De la juventud del “amor y paz”, sonrisas alucinadas, pies descalzos, un porrito, el sonido de voces y guitarras, el sexo libre (pero sano y sin violencia) hemos pasado en pocos años a esta cabalgata de barras bravas, haciendo “pogo”…”. Si para vos, Rolando, el bailar no es un derecho humano, ¿Qué derecho humano tiene fumar un porrito? Realmente cuesta encontrar una línea lógica en tu discurso. Pareciera ser que escribiste este artículo luego de ver el programa “GPS” o alguno de esos programas que se ponen en la puerta de un boliche de alguna zona del conurbano para mostrar solamente a un grupo de jóvenes pelar. Ahí está donde vos te equivocas. Ves a los jóvenes desde la televisión. Los ves desde una editorial del diario Perfil. Los ves desde el noticiero de Eduardo Feinmann donde muestran aquél sector de jóvenes desprotegidos. En los que en muchos casos la detestable marginalización triunfó y las cámaras de televisión los muestran como responsables de su condición. Seguramente de ahí lo sacas. Porque queda demostrado que no ves que esos jóvenes, o muchos de ellos, nacieron sin poder ver a sus padres trabajar. Muchos años de gobiernos nefastos le quitaron la filosofía del trabajo y el estudio a varias generaciones y vos te desentendes del tema.
En mi vida vi una cámara de televisión o un reportero de un programa de radio entrevistando a jóvenes cuando entran a su trabajo o a su facultad. Es realmente vergonzoso e injusto tu discurso. Con ciertos adultos como vos es un milagro que muchos jóvenes estemos despiertos.

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