jueves, 11 de noviembre de 2010

Awka Liwen (Rebelde amanecer)


Avenida de Mayo 1635, frente a la plaza Congreso. Estoy esperando el comienzo del documental Awka liwen. Las veredas del centro están plagadas de trabajadores que vuelven apresuradamente a sus casas. Las bocas de subte parecen ingresos de madrigueras. Son las siete de la tarde y sigo en la cola, son a las 18:20 y supongo que Osvaldo Bayer y Felipe Pigna ya estarán dando la presentación del documental. Mientras tanto, la cola sigue prologándose a lo largo de toda la vereda hasta la Avenida Rivadavia y me dispongo a leer el folleto de Awka Liwen que tomé del suplemento NO! de Página/12. Luego de cincuenta minutos, la cola empieza a avanzar. Al fin ingreso en el cine. La sala donde proyectan el film se encuentra en el piso 1. Son largas las escaleras y pienso en lo difícil que se la hace a la señora que está delante de mí subiendo, o mejor dicho, sufriendo estos escalones. Subimos al primer piso y en el medio del recorrido veo a un periodista entrevistando al dibujante Rep. Detrás de él se ve el afiche del documental. Está, justamente, dibujado por él. El cartel tiene dibujado a Osvaldo Bayer regando una flor y rodeado de árboles y ríos. Resulta algo tierna la caricatura, pero no le quita el carácter denunciador de este documental.
Al ingresar a la sala veo que la mayoría de las butacas están ocupadas. Voy en busca de algún asiento desocupado y en el camino veo a Osvaldo Bayer y a Felipe Pigna. Sentados los dos, uno al lado del otro. Era la primera vez que veía a Bayer y me conmovió ver a un señor de más de 80 años tan firme en su posición. A Pigna lo vi en varias oportunidades y esa impresión ya fue disuelta. Al llegar arriba de todo de la sala me doy cuenta de que no hay un asiento disponible para mí. Me siento en el pasillo como tantos otros hicieron antes que yo. No está bien, no hay dudas, pero no era una simple película, era un documental y el clima de los documentales es distinto, no es una película de Disney y esto permite, socialmente, transgredir ciertas normas. Pongo mi celular en vibrador y de paso escucho cómo van “Las Leonas” frente a Alemania por la semifinal del mundial, por suerte van uno arriba. Antes de comenzar la película, Osvaldo y Felipe pronuncian unas palabras como introducción a Awka Liwen. Fueron claros, contundentes y categóricos en sus prólogos. A grandes rasgos Awka Liwen pretende revisar ciertos acontecimientos históricos. “La conquista del desierto” es un punto central y si fuese descendiente lejano de Julio Argentino Roca, no sería buena idea estar ahí sentado. Por momentos algunos espectadores “cabeceaban” por la falta de acción de la película. Mostraban cómo era la vida de pueblos originarios todavía existentes y a nosotros, bichos de ciudad, a veces nos resulta todo muy lento y por ese motivo, creo, la gente perdía algo de interés. Es notable la investigación y trabajo del documental realmente nos muestra la otra cara de la historia. Seguramente todos los espectadores que nos encontrábamos en esa sala teníamos una idea sobre qué nos íbamos a encontrar y, por lo tanto, íbamos predispuestos a este encuentro. Pero a veces el ver y oír declaraciones de hombres y mujeres de los pueblos originarios, lo pone a uno en una situación incómoda. Casi que uno se siente responsable del desastre que ellos vivieron y todavía aún viven. Terminó el documental y aplaudimos todos con un gran entusiasmo. Se encendieron las luces y pude ver que a pocos metros de donde yo estaba había un grupo de seis o siete indígenas. Realmente para mí es un orgullo que ellos tengan la oportunidad de venir a ver un trabajo dedicado a sus pueblos. Salí de la sala y bajé apresuradamente las escaleras, pasé la puerta de entrada del cine y la ciudad ya mostraba una cara nocturna casi solitaria. Los trabajadores seguramente estarían en sus casas y los vagones, por suerte, semivacíos. Me tomo el subte y me siento. Al fin un asiento...

2 comentarios:

  1. A ver...¿Por qué tenías escondido este lugar? Me gustará leerte el año entrante, cuando ya no haya obligación ni para vos ni para mí. Me gusta el blog, me gusta el concepto de "Conciencia militante", me gusta que generes nuevos espacios para escribir...

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  2. Me gusta que te guste, me gusta escribir y me gusta haber empezado este blog. Gracias por escribirme. Estoy muy agradecido profe.

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